viernes, 13 de julio de 2012

Adoración en Espíritu y verdad.


Fue nadie menos que el mismo Señor Jesucristo quien nos enseñó definitivamente el verdadero principio de la adoración a Dios, en Juan 4.20-24. Analicemos lo siguiente y observemos el principio de la adoración a Dios:
Versículo 20, “Nuestros antepasados adoraron en este monte, pero ustedes los judíos dicen que el lugar donde debemos adorar está en Jerusalén.” Para todo el pueblo de Israel era claro que existían lugares geográficos para adorar.
Pero, Jesús establece la primera parte del principio de la adoración a Dios en el versículo 21, lo que enseñó Jesús fue, dicho en mis propias palabras: ya no habrá más lugares geográficos para adorar a Dios.
Luego, en los versículos 22-24, Jesús establece la segunda parte del principio de la adoración, Él afirma: “Nosotros adoramos lo que conocemos… ahora es cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y verdad es necesario que adoren.”

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